Algunas
veces la palabra de Dios es directa, y más cortante que una espada de dos
filos, el ejemplo más notable es el sermón del monte.
En Mateo
5:42 se dice:
“Al
que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses”
Aquí no
hay que buscar contexto, las palabras son tan claras como el sol de mediodía.
No hay que ir al griego antiguo para conocer que quiso dar a entender Jesús. Es
simple: al que te pida, dale.
En el
antiguo testamento también esta máxima está dada:
“No
digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué
darle.” Proverbios
3:28
Al
limosnero que se aproximó, dale.
Al niño
que “vende” chicles, dale.
Al que te
limpia los vidrios del carro, aunque no lo necesites, si te pide, dale.
Al que te
hace un servicio, esperando propina, dale.
Al traga
fuegos de cada esquina, al borrachín, al drogadicto, al sinvergüenza, al ..., a
todo el que te pida, dale.
No hagas
primeramente un análisis socioeconómico para saber si la persona realmente
necesita lo que te pide. Tampoco te toca hacerla al psicólogo para determinar
si le harás más mal que bien; no es tu problema. A fin de cuenta, no le estás
haciendo tanto un bien a él, sino que te lo haces a ti mismo.
“Den, y se les dará: se les echará en el
regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante” Lucas
6:38
“El
que es generoso prospera; el que reanima será reanimado” Proverbios
11:25
Dirás, así
como lo pones no vale, ya que lo haces por beneficio propio y no por amor. No
importa; Dios nos reta que lo tentemos en esto:
“Traed
todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en
esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos,
y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Malaquias 3 10
¿Cuánto
hay que dar? Lo que disponga tu corazón.
“Cada
uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre.” 2 Corintios 9:7
Quizá
cueste trabajo tomar la palabra así de directa, pero medita: ¿Qué tienes que no
recibiste? A fin de cuentas, nada es nuestro. Si gozamos de algo es para
compartir. Es decir, la propiedad es provisional. La ley dice en Deuteronomio
24:
“ Cuando
siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás
para recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para
que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos.
Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las
ramas que hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y
para la viuda.
Cuando vendimies tu
viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y
para la viuda”
Y esto
viene acompañado por una gran bendición:
“Te
abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su
tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones,
y tú no pedirás prestado.” Deuteronomio 28:12
¿Aplicará
esto para nosotros, que no estamos bajo la ley? Además, ya pocos somos
agricultores; no tenemos mies, ni vina, ni olivos. Si aplica, en tanto que
todos tenemos algo extra, lo cual podríamos compartir sin mucha dificultad.
Claro, también puedes darlo todo, como Bernabé quien se desprendió de su
herencia para ir al ministerio de la predicación. Nada es nuestro, si
algo tenemos, es para compartir.
No solo
esto, sino que el retener codiciosamente Dios no lo aprueba:
“!!Ay
de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo!
¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?” Isaias 5:8
“Hay
quien todo el día codicia; Pero el justo da, y no detiene su mano.”
Proverbios 21:26
Dar no es
tan difícil como parece. Cada día aparta algo. Algunas monedas para repartir a
todo aquel que se atraviese en el camino y te pida. Además, no todo es dinero.
También puedes compartir tu tiempo, tu trabajo, una sonrisa, una actitud
solidaria, un saludo.
Y, por
último, si das, hazlo discretamente
“Por eso, cuando des a los necesitados, no
lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y
en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya
han recibido toda su recompensa.” Mateo
6:2
Saludos
Gerardo Soto
Comments
Post a Comment